- En Viaje -
12:33Mi papá siempre decía: "todos los bebés
lloran en el mismo idioma".
Así empiezo mi viaje. Rodeada de niños que
algún día se van a convertir en adultos que hablen uno, dos o más idiomas,
adultos con los que posiblemente jamás vaya a entenderme.
La locura de los viajes es saber que uno se
cruza gente, personas con una vida desarrollada: un trabajo o no, estudios,
parejas, creencias, vivencias... Gente que es un instante, un flash de nuestro
recorrido. Su camino sigue y el mío también.
¿Me volveré a cruzar con ellos algún día?
¿Quién sabe? Tal vez sí. Posiblemente no me dé cuenta. Seguramente ellos
tampoco.
Del polvo venimos y al polvo vamos. Somos un
puñado de emociones pero no somos importantes a nivel individual.
Si un día me esfumase, posiblemente veinte
personas se deprimirían lo suficiente como para llorarme y darle valor a lo que
fui, sin embargo algún día lo superarían y sólo quedaría un ínfimo recuerdo
mío. Ni una cuarta parte de lo que en verdad soy.
Las sociedades funcionan como un grupo de
personas homogéneas, pero como individuos independientes, la definición pierde
el sentido conjuntivo, lógicamente.
Por eso empiezo este viaje, porque quiero
demostrarme a mí misma que soy mi propia conjunción de sentimientos,
y que no
necesito más.
0 comentarios