- #NiUnoMás -

17:18

Doscientos noventa días, cinco horas, quince minutos, catorce segundos y contando. Eso es lo que llevo sin fumar. Nueve meses. Todo un parto. La mayoría de los Productores de Televisión que no ejercemos -no porque no queramos-, en algún momento nos topamos cara a cara con el dilema del dónde, el cuándo, el cómo y el por qué.


¿Dónde mando currículum?
¿Cuándo dejo de intentar?
¿Cómo fue que mi vida se fue a la mierda tan rápido?
¿Por qué me metí en esto?

<<¿Por qué...?>> 
Henos aquí la cruel dicotomía a la que debe enfrentarse continuamente el Productor. ¿Sigo pagando cursos y amplío más mis conocimientos en algo que posiblemente no vaya a dar frutos o me meto en (complete el nombre de la carrera universitaria que considere adecuada y luego continúe con su mediocre vida)?
¡Pero no! ¡¿Cómo es que tu mente te puede estar jugando esta mala pasada?! Con lo convencida que estabas cuando te anotaste... ¿Hace falta que te lo recuerde? ¿Dónde dejaste tus convicciones? ¿Tus ideales? ¿Tus sueños? ¿Dónde quedaron esas ganas de crecer y prosperar? Esas ganas de demostrarle a todos que podías, pero por sobre todas las cosas de demostrártelo a vos misma.
Y ahí es cuando te das cuenta de que si te lo replanteás, tu mente es débil y la debilidad no va de la mano con los golpes de la Producción, porque los vas a recibir y vas a tener que poner la otra mejilla.
¿Y quién dijo que sería fácil? Aquel, que venga y se me plante delante, porque la responsabilidad, los riesgos y el estrés son sinónimos de producir.
Es difícil la ansiedad del no saber, la amargura del no saber y el no saber en sí. Es duro querer por momentos ser marioneta por sentir que ya no tenés las fuerzas suficientes como para seguir intentando. 
La vida es difícil. Dejar de fumar es difícil.
Doscientos noventa días, seis horas, veintiséis minutos, diecisiete segundos... Dos mil novecientos dos cigarrillos no fumados. Ni uno más.
Las horas pasan, pero vos no volvés a fumar, ¿o sí?

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