- Alguien -

19:49

Hay un alguien. Te gusta su mirada, te gusta su sonrisa, te gusta su estilo musical, su humor y cómo enfrenta los golpes de la vida. Incluso te gusta su forma de pensar, cosa que no se da el cien por ciento de las veces. Te gusta y no lo podés evitar.
Cada tanto surge algún intercambio de "me gustas" relativamente ocasional en Facebook. De hecho, sin que dicho alguien tenga idea alguna, a veces publicás posteos para llamar puntualmente su atención; la suya de entre tantos alguienes y no sabe la fortuna que se pierde porque vos misma elegís privar a este alguien de su derecho a saber.
Te sentís sola y te la querés jugar, aunque sabés que no es el momento... Corrección: no es TU momento.
No es tu momento porque cada tanto aparece otra sonrisa, otro alguien, otros ojos achinándose que hacen que tu corazón palpite como con nadie; pero no palpita de alegría, palpita de dolor. Y la vida a veces te exige que duela para reconstruirte y que vuelva a sanar y a sentir cuando se dé la oportunidad.
Entonces relegás. Relegás la posibilidad de tratar. No, no por cobardía. Se requiere de mucho valor para dar un paso al costado y asumir que cada cual tiene su rol en esta vida, y si no es en ésta, será en la siguiente.
Y guardás. Guardás a esa persona -a ese alguien- en algún lugar secreto muy adentro tuyo, donde nadie más la pueda hallar, para una oportunidad especial en que no tengas que forzar, en que puedas disfrutar. Porque a decir verdad, nadie es el Superman de nadie y buscar a alguien por necesidad, es cantado que no te lleva hacia ningún lugar.

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